Kara Scott vivió en el infierno antes de ser jugadora de poker
Todos conocemos a Kara Scott, la jugadora patrocinada por PartyPoker y tenemos una imagen más o menos nítida de cómo es, pero ¿sabemos cómo era su vida en el pasado y qué camino ha tenido que recorrer para llegar a ser la jugadora que es hoy?
En cardrunners.com nos han dado unas cuantas pistas mediante la publicación de “Mi vida antes del Poker”, el blog de Kara.
Kara nació en un pequeño pueblo de Canadá de menos de 1.000 habitantes. Una vida tranquila y segura de chimeneas y galletas recién horneadas que una joven Kara Scott decidió dejar atrás para probar suerte como maestra en Inglaterra. Hasta ese momento era una chica tímida que nunca había salido de su pueblo, pero un puñado de adolescentes consiguieron transformarla en la devoradora de mesas de poker que es hoy en día.
“Mi primer año en Londres fue absolutamente infernal, pero también fue maravilloso”.
Según lo relatado por Kara Scott, cualquiera habría sufrido una depresión por las experiencias que le tocó vivir o al menos, habría pedido la baja para no tener que volver a ese instituto. Cuando consiguió el trabajo, Kara dio por sentado que se trataba de un instituto totalmente normal en el centro de Londres, pero no tardó mucho en enterarse de que se trataba del “peor instituto de toda Inglaterra”, según la BBC.
“Toda mi vida me he encontrado con las situaciones más ridículas y extremas sin haber hecho nada por buscarlas”.
Según Kara, ese año como maestra no ejerció realmente la enseñanza, sino que se dedicó exclusivamente al control de disturbios. Recibió patadas, puñetazos, escupitajos, le lanzaron sillas y escritorios y un estudiante incluso intentó prenderle fuego. La buena de Kara piensa que lo hacían en broma e incluso agradece que incentivasen su creatividad para tapar las quemaduras en su suéter con nuevas combinaciones de bufandas.
A mitad de curso yano quedaba ninguna ventana sin romper y los estudiantes aparcaban el coche en la puerta para llenar el maletero con televisores y demás material escolar.
“Mi primera incursión en la enseñanza fue, en una palabra, extrema. Se trataba del mismísimo infierno, donde las reglas normales que se aplican en la vida carecían totalmente de sentido”.
A pesar de tanta locura se las arregló para acabar el año. Se negó a dejar su trabajo a medio hacer, aunque sólo fuese por cabezonería e incluso le ofrecieron el cargo de Jefa de Departamento. Lo rechazó. ¿Cómo va a ser una persona con sólo un año de experiencia Jefe de Departamento? Pues porque nadie quería el cargo, obviamente. Además, ¿De qué departamento se trataba? ¿Artes marciales, guerra de guerrillas, antidisturbios..?
Sin embargo, la experiencia no fue tan mala como puede parecer. Kara se dio cuenta de que era capaz de soportar una presión fuera de lo normal, algo al alcance de muy pocos. Se acostumbró a patear traseros, se mantuvo firme e hizo lo que tenía que hacer, sin rendirse.
“Me di cuenta que no era esa chica débil que siempre había créido que era”.
Con este aprendizaje, Kara se transformó en una auténtica máquina de soportar presión y adquirió callo para dedicarse al poker. Creo que después de vivir en mitad de una guerra civil adolescente y soportar durante un año completo a una horda de salvajes abandonados por el mundo civilizado, Kara puede enfrentarse a lo que quiera sin despeinarse. Esta chica vale un tesoro.
Comparado con el instituto, el poker es un juego de niños.
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