Nada le gusta más a Javier De Zárate que estar en todas las salsas. Y cuando las cosas le salen bien, entonces el éxtasis lo desata por completo.

En una de sus últimas manos, Carlos Marina abría en posiciones medias y recibía el call de el jugador en el hijack, del jugador en el cutoff, de Javier de Zárate en la ciega pequeña, y del jugador en la ciega grande. Con la "gran familia" con las apuestas igualadas, el croupier descubría un flop en el que todos se daban check.

El turn era un y Javier de Zárate apostaba 1.025 puntos. El jugador en la BB pagaba y Carlos Marina decidía entonces que era el momento de soltar lastre. Resubía a 3.150 puntos y se quitaba de encima al jugador en el hijack y al situado en el botón. Sin embargo, Zárate tenía otros planes.

El de Xávea lanzaba entonces una resubida a 11.025 que la BB o estaba dispuesta a pagar, y la mano volvía a Marina, que se ponía tankear. Mientras pensaba, "Tirantes" comenzó a hablar para el cuello de su camisa. Unos minutos después, Marina se tiraba dejando que el botefuese a para al stack de Javier Zárate, y ahí llegaba el "showtime".

"Menos mal que te has tirado", decía con una leve sonrisa. "Si no te llegas a tirar te ibas a encontrar con esto", añadía mientras daba la vuelta a su para escarnio de Marina, y para sorpresa del resto de jugadores de la mesa.