Abría la mano un jugador en UTG a 7.000 puntos y, justo a su izquierda, Gorka Zubiete le hacía una three-bet a 16.000 puntos. La mano llegaba entonces a Francisco Irles, que tenía otros planes.

Sin pensar demasiado, Irles empujaba sus 108.500 puntos al centro de la mesa, y la pelota pasaba entonces al tejado de sus rivales. El jugador en UTG pedía la cuenta, y tras saber a cuánto ascendía la "broma", se tiraba de .

A Zubiete ya le había cambiado la cara muchos antes, por eso cuando la meno le llegaba no tardaba ni un segundo en foldear mostrando .

"Mejor así", decía Irles. "Evitamos la varianza y todos contentos", añadía mientras recogía un buen bote sin siquiera sufrir un ápice.