Por no estar atento...
La última mano en la mesa de Liv Boeree, Roberto Romanello y Ruper Elder acabó en una controversia entre el jugador y el dealer. Todo comenzó con Gianluca Mattia abriendo la mano a 450 puntos y Mateo Keikoan resubiendo a 1.325 puntos. El resto se retiraron y Matias pagó.
El flop fue y Keikian apostó 1.500 puntos, a los que Mattia respondió con un call.
El fue el turn y Keikian lanzó al centro una ficha de 5.000 puntos. El dealer le preguntó si era una apuesta de 2.500 puntos, pero Keikoan parecía demasiado ocupado escuchando su música y no respondió.
Mattia pagó exactamente los 2.500 puntos, mientras que Keikoan esperaba 1.000 más. El dealer llamó al director del torneo, el cual, afirmó que la culpa era de Keikoan por no corregir al dealer y por tanto, el call de Mattia era bueno.
Keikoan mostró y si hubiera estado atento recaudaría 1.000 fichas más.