"¡Vamos!"
El italiano fue el que abrió fuego, apostando 16,000 para después igualar en al-in de Linkhorst.
Tras mostrar las cartas boca arriba, era Linkhorst el que iba por delante aunque por muy poco, con y se preparaba para el clásico cara o cruz contra de Cundari.
El resto de las cartas fueron y había llegado el momento del ¡vamos! del italiano.