Ralph Schwartz, de 28 años, es natural de New York y participa en todos los juegos secundarios que encuentra a su disposición. Sus amigos nos dicen que es un chico tranquilo y algo reservado. Tras recibir el brazalete, Schwartz esquivó a todos los periodistas y salió por la puerta trasera.
"Necesito fumar," fueron sus únicas palabras de celebración.