Jim Meehan, de Minneapolis, no para de hablar hoy. Al pasar por su mesa, estaba comentando una partida en la que uno de los jugadores le habló sobre la práctica de sexo no seguro en Tailandia. Mientras pasaba por al lado, me agarró el brazo y dijo: "Espera, tienes que escuchar como termina." Conseguí escaquearme y todos me miranron con envidia, incluso Alan Sass, por mi habilidad para escaparme de la mesa.