El sueño americano de Greg Merson: "a chip and a chair"
Las WSOP® están llenas de historias increíbles y la última de ellas tiene a Greg Merson como protagonista. El jugador estadounidense podrá contarle a sus nietos la milagrosa forma que tuvo de llegar a la mesa final del Main Event de 2012. Ahora mismo es el tercer mayor stack de los October Nine con 28.375.000 puntos, pero llegó a estar por debajo de dos ciegas a falta de 150 jugadores.
Por aquel entonces, Merson acababa de perder un all in contra el jugador uruguayo Fabrizio González. Tenían stacks prácticamente parejos y mientras el crupier contaba las fichas, Merson debió de conjurarse para lograr la machada que le ha llevado a la mesa final. El crupier determinó que Merson salvaba la cabeza porque cubría a González por casi dos ciegas, así que se puso manos a la obra.
A partir de aquí, Merson logró doblarse varias veces. Mantuvo la cabeza fría y continuó su ascensión sin prisa, pero sin pausa. En poco tiempo ya tenía un stack que le dejaba margen para realizar movimientos diferentes al all in y trasganar un par de botes, consiguió ponerse en la media de puntos. Una vez llegado a este punto, Merson ya pudo hacer su juego sin la presión de las ciegas y acabó metiéndose en la mesa final y garantizándose, como mínimo, un premio de 754.798$.
No hay que olvidar que Merson ya había ganado el brazalete en el Evento 57: $10,000 Six-Handed No-Limit Hold'em y se había embolsado 1.136.1097$, por lo que la recta final de estas series se le está dando francamente bien. Además, es el único jugador entre los October Nine que ha ganado un brazalete en 2012, así que si mantiene al mismo nivel esa mezcla de ambición y paciencia que ha caracterizado su juego, será uno de los grandes favoritos a hacerse con el título del Main Event.
La historia de Merson es sorprendente, pero no es nueva. En las WSOP® ya existía el dicho “a chip and a chair”, que tiene su origen en la victoria conseguida por Jack “Treetop” Strauss en el Main Event de 1982. En el transcurso del torneo, Strauss había perdido un “all in” contra un jugador que tenía más fichas que él y por lo tanto, iba a ser eliminado. Sin embargo, al levantarse y recoger sus cosas para dirigirse hacia el rail se dio cuenta de que no había ido con todo, ya que tenía una ficha de 25 puntos perdida debajo de una servilleta. Nunca una ficha de 25 puntos (hay quien dice que era de 500) había dado tanto juego y al final, Strauss consiguió doblarse y redoblarse hasta terminar ganando el torneo.
Tanto Merson como Strauss son la viva imagen del éxito a base de instinto de superación, esa suerte de sueño americano que tanto triunfa en EE. UU., pero en el Main Event de este año también se ha dado a conocer una historia completamente diferente, opuesta.
Jarret Nash es un jugador amateur de fuertes convicciones religiosas. Al parecer, es cristiano baptista y siempre descansa desde la noche del viernes hasta el sábado. Se había clasificado para el Día 5 del Main Event con un stack de 500.000 puntos, pero acudir al Casino Rio era incompatible con su jornada de descanso, así que decidió no ir y dejar que sus fichas fuesen consumidas por las ciegas, que hicieron su trabajo a las mil maravillas. No dejaron ni los restos y Nash acabó el torneo en la 171.ª posición y se embolsó 44.655$.
Podría haber ganado más si decide jugar, pero decidió no hacerlo. Respecto al dinero ganado parece que también tiene las cosas claras: “Dios dispondrá de él”, dijo en una entrevista. Quién sabe, a lo mejor Merson sigue indirectamente con vida en el torneo gracias a alguna de las ciegas no disputadas por Nash.
Infórmate de las últimas novedades del mundo del poker gracias a PokerNews España. Síguenos en Facebook y en Twitter.