Pactar o no pactar, he ahí la cuestión
Una de las particularidades que distingue el póker de otro tipo de juegos de azar, o de otros deportes, es el hecho de poder pactar. No tienen mucho que ver, pero nadie se plantea que un jugador y la banca pacten en una mano de blackjack o que dos Grandes Maestros del ajedrez decidan que mejor reparten los premios y se van a casa. Pero esto sí ocurre en el póker con la connivencia de los casinos y los torneos y con el visto bueno de la comunidad. Por supuesto, tanto los que defienden el sí a los pactos como los que están totalmente en contra tienen sus buenos argumentos, pero es difícil que se llegue a un acuerdo.
Aún así, hemos querido plantearnos si esta práctica es buena para el póker actual o si, por el contrario, es nociva y le resta atractivo al noble arte del naipe. Vamos allá:
For the glory
Mi opinión sobre este tema es clara, los pactos no favorecen para nada al póker. La esencia de este juego de naipes es terminar la partida con solamente un ganador. Sí, podréis decirme que cuando se hacen pactos en una mesa final, también se acaba la partida proclamando un campeón. ¿Pero de verdad pensáis que es lo mismo jugar una mesa final sin la presión del dinero después de haber llegado a un pacto? Para mí, no hay color.
La gracia del póker se basa en mantener la presión en los jugadores hasta el final de la partida. No es lo mismo jugarse los cuartos en un board complicado habiendo llegado a un acuerdo que no habiendo llegado al mismo. Imagino que soy un purista del póker y que me gusta ver que el campeón se gana su tajada en los premios al estilo de la vieja escuela.
Tampoco tenemos que olvidar que las mesas finales de los torneos más importantes son televisadas, y el llegar a un pacto antes de disputar el heads-up le resta muchos enteros al valor del espectáculo. Pongamos un ejemplo. Clásico entre el Barcelona y el Madrid, o Madrid y Barcelona, no se me vaya a enfadar nadie. Minuto 70, con empate a 1. Ambos equipos deciden pactar que cada uno se llevará un punto y que el punto restante se disputará en los 20 minutos restantes. ¡La gente se pondría hecha una furia! Es normal, nos estarían quitando el factor del espectáculo y la emoción. En mi humilde opinión, el llegar a un pacto adultera una mesa final.
Pero, ¿tienen la culpa los jugadores? No lo creo. El problema puede estar en los saltos de premios que hay entre el dinero destinado al campeón y al resto. Una solución para poder facilitar el jugar "for the glory", sería el igualar más los premios, para que los jugadores no arriesguen tanto en el factor económico y puedan jugar hasta el final, sin pactos ni ningún tipo de acuerdo.
Show me the money
Esta apropiada frase de la película 'Jerry Maguire', que no significa otra cosa que "enséñame el dinero", puede servir a la perfección para comenzar a defender los pactos. Hoy en día los torneos de póker mueven mucho dinero. Las cifras que se manejan en las mesas finales de muchos torneos son mareantes y, en muchos casos, pueden ser las única oportunidad en la vida de un jugador de lograr un premio enorme.
Un jugador que, por ejemplo, ha logrado clasificarse en un satélite para un gran torneo como el Estrellas Póker Tour, el World Poker Tour o el European Poker Tour sólo va a verse en una situación así una vez en la vida. A ese jugador nadie puede decirle que vaya a por la gloria, o que acepte que entre quedar 3º y quedar 4º, una simple posición en un torneo que han jugado varios cientos de personas, puede suponer una diferencia de cientos de miles de euros. Ni siquiera los grandes profesionales pueden asumir jugar un heads up en el que hay una diferencia en premios brutal.
Sirva como ejemplo el Main Event de las WSOPE que ganó Adrián Mateos a Fabrice Soulier en la pasada edición. La diferencia entre quedar primero y quedar segundo era de, agárrense, ¡400.000€!. Estoy seguro de que, de haber podido, ambos jugadores hubieran llegado a un acuerdo para minimizar la varianza que suponen estos saltos de premios, pero la legislación francesa actual no permite los pactos en los torneos de póker, por lo que el español y el francés se jugaron un mano a mano de casi medio millón de euros. Eso no se puede permitir.
¿Por qué hay pactos y los seguirá habiendo? Por la obsesión de los organizadores de torneos de que el primer puesto salga en todos los medios. Sigamos con el ejemplo del Main Event de las WSOPE. La organización decidió que, en vez de hacer un reparto justo de los premios en la Mesa Final, el primer puesto estuviera premiado, sí o sí, con la redonda cifra de 1.000.000€. ¿Para qué? Para que saliera en todos los medios que el ganador se había llevado una cifra con seis ceros. Mientras los directores de torneos no pongan medida a este tipo de prácticas seguiremos viendo pactos que, es evidente, restan interés al espectador, pero que son totalmente necesarios para los jugadores, que al fin y al cabo son los principales interesados.
Este es un debate al que no se le ve un final en un futuro más o menos cercano. Hasta entonces, la comunidad del póker internacional seguirá intercambiando opiniones sobre si es bueno o no que se pueda pactar en una mesa final. ¿Y tú, estás a favor o en contra de los pactos?
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