Gaelle Baumann anuncia su retirada de las mesas
Tras más de doce años como una de las caras más reconocibles del Team Winamax, Gaëlle Baumann ha anunciado su marcha. Se incorporó al equipo de la W Roja dinco meses antes de las WSOP 2012, edición en la que adquirió una gran popularidad al quedarse a las puertas de convertirse en November Nine, y se marcha 13 años más tarde, en buenos términos y "solo con buenos recuerdos".
"Estoy muy contenta de haber vivido toda esta aventura", comentó a Winamax. "Solo tengo buenos recuerdos de todos estos años. Tenía 26 años cuando me uní al equipo. ¡Han pasado tantas cosas!".
Stéphane Matheu, director y coach del Team Winamax, agradeció a Baumann su trabajo como embajadora y dijo que todos recordarán su actuación en las WSOP 2012.
"Es una figura emblemática del equipo [...] y ha dejado una huella muy grande en el circuito profesional y en Winamax" afirmó Matheu. "Todo el mundo recuerda el año 2012. Esto la consolidó inmediatamente como uno de los miembros más importantes y más publicitados del equipo".
Gran recorrido por el Evento Principal de las WSOP
El ascenso de Baumann comenzó en julio de 2012, cuando estuvo a punto de convertirse en la primera mujer en llegar a la mesa final del Evento Principal de las WSOP en la era post-Moneymaker . Al terminar décima entre 6.598 participantes, estuvo a punto de convertirse en November Nine, pero obtuvo reconocimiento mundial y un premio de 600.000 dólares.
"No entendía lo que me estaba pasando", le dijo a Winamax. "Fue aún más complicado porque, al venir de partidas de cash, no estaba acostumbrada a jugar y a lidiar con la presión durante tanto tiempo".
Ella le dijo a PokerNews a principios de este año que dejó momentos imborrables en su memoria como parte de su carrera en el poker.
"El Evento Principal de las WSOP es el torneo más importante del planeta y el que corona al campeón mundial de póker", afirmó. "Tiene más visibilidad que todos los demás torneos, por lo que creo que la última mujer que quede en pie puede inspirar a muchas mujeres a sumarse al juego y demostrar que pueden competir al más alto nivel".
El año siguiente, admite Baumann, fue "completamente loco", ya que la jugadora, habitualmente reservada y tímida, se vio envuelta en un ambiente de aficionados al póker que la reconocían en todas partes: en taxis, supermercados e incluso en estaciones de tren.
"En cuanto llegué a Las Vegas, el taxista me miró por el espejo retrovisor y me dijo algo así como 'te reconozco... ¡Ah, sí, juegas a póker!'. Todavía me pasa de vez en cuando, lo que asusta a mis amigos que no juegan al póker en absoluto. Entonces es cuando te das cuenta de cuánta gente está jugando".
La actuación de 2012 la consolidó como un nombre conocido, atrayendo la atención de los fanáticos y los medios de comunicación por igual. Las cámaras siguieron cada uno de sus movimientos en futuros eventos principales, donde repitió la hazaña de Last Woman Standing en 2016 , terminando en el puesto 102 y ganando $49,108.
Parte del Team Winamax
Después de aprender a jugar en Australia a mediados de la década de 2000, Baumann fue miembro fundador del Team Winamax y compitió regularmente en algunos de los escenarios más importantes que el póker tiene para ofrecer: desde el Winamax Poker Open y el SISMIX hasta las brillantes luces del European Poker Tour y, por supuesto, las World Series of Poker.
Sin embargo, Baumann le dijo a Winamax que poco a poco perdió la pasión por el póker:
"Ser parte del Team Winamax implica muchas obligaciones. No tengo ningún problema con eso, todo trabajo tiene sus limitaciones, pero terminó afectando mucho a mi motivación", explicó. "Me siento aliviada de irme, porque ya no es lo que más me gusta hacer. Pero tengo suerte de haber elegido mi salida: es mi decisión y todo termina en buenos términos", manifestó.
Parece que esto es más bien un punto y final, y no tanto un punto y seguido. Gaëlle Bauman ha manifestado que se dejará ver de forma muy esporádica por algún festival con la marca Winamax, pero más con un ánimo de disfrute y desconexión, y no tanto con la presión de apilar fichas y convertir las horas de juego en resultados.
