Después de perder casi la mitad del stack hoy, Pedro Guedes está un poco molesto con esta mano contra Brandon Cantu. El bote llega a los 40k y probablemente sea más. El board y Cantu tiene una apuesta enfrente suya de 105k. Guedes, tiene que jugarse todas sus fichas y es una decisión crítica para él. "¿Tienes dobles?" pregunta a Cantu que no responde. Guedes se levanta y murmura algo antes de pagar con .
Cantu enseña Guedes grita, "SheeeSHAAA!" y empieza a cantar, "I like to Move It Move It, I like to Move It Move It, I like to... MOVE IT!"
Culebras ha perdido ciega pequeña y grande más antes en la última ronda, sin spots para envidarse.
Tiene poco menos de 54.000 puntos, y en la mesa tiene a "Zumy" (el del split pot) a William Thorson, y a Filipa Lemos, cantante portuguesa y jugadora de poker consumada... (su hermano, Antonio Lemos, también es un muy buen jugador de torneos)...
Siete británicos han hecho Día 3. Sam Trickett era el que empezó con más fichas de todos ellos, tiene 351.900. Djinn de PokerNews ha jugado muchas veces con él y describe su juego como, "Controlado y sin miedo, es muy duro jugar contra él. Todo el mundo tiene razón en describirlo como agresivo y probablemente desconozca el valor del dinero". Trickett sigue aumentando su stack en el día de hoy.
Hace uno momento, Trickett apuesta 10.000 en el cutoff y Martin Jacobson le hace 3-bet a 31.000 en la ciega pequeña. Trickett piensa un buen rato y resube a 56.000.
Jacobson no había pensado más que rato y Trickett rápidamente pide tiempo. Jacobson foldea y baja a los 290.000. Trickett sube a los 385.000.
Arnaud Mattern no ha podido hacer un dos mesas finales de un EPT consecutivas. Ha perdido con contra otro shortstack, se ha quedado con 4.000 y no habido milagro.
En middle, el pro portugués "Zumy" , de PokerStars, hizo all-in, con un stack ligeramente más grande que el de Joaquín. Éste, en botón, hizo call, y se quedaron sólos en la mano:
A medida que el torneo avanza el número de participantes se reduce y quizás haga efecto el encanto de los númerosos bares de Vilamoura. Cada vez son menos las personas que esperan en las puertas del casino, pero la mayoría están impacientes por entrar.