Romanello esquiva las balas, ¿será posible?
Roberto Romanello acaba de verse involucrado en una gran mano en la que le hemos visto quedarse pensando durante más de cinco minutos.
Hemos llegado a la mano cuando Romanello estaba uno contra uno con su rival en un flop y en habiendo ya 13.000 puntos en el bote. Romanello pasó pero su oponente se restó por una cantidad nada despreciable, ¡22.850 puntos!
Esta sobre-apuesta dejó perplejo a Romanello, quien rápidamente preguntó: "¿por qué tanto?". Cuando vio que no recibía respuesta, simplemente, volvió a preguntar: "¿por qué tanto?"
"No hay razones" fue la respuesta.
Esto puso a Romanello a pensar; y cuando digo a pensar me refiero a que Romanello se convirtió en la escultura "El Pensador" de Auguste Rodin y se quedó inspeccionando a fondo a su rival para ver si podía conseguir cualquier pista, por pequeña que fuera.
"¿Me las enseñarás si me tiro?" preguntó el pensador. "Prometo enseñar una carta", contestó su oponente.
Romanello se recostó en su silla de nuevo mientras reflexionaba en voz alta: "Ahora creo que voy perdiendo".
Llegado este momento, ya se habían reunido bastantes aficionados en torno a la mesa y, tras un total de unos seis minutos, Romanello se tiró. Su oponente le pidió que eligiese una de las cartas para enseñársela pero Romanello le exigió que escogiese él. Después de mirarlas, su rival enseñó el .
Romanello le ofreció entonces todo el dinero que tenía en su bolsillo derecho si mostraba la segunda carta si ésta no era un as. Su oponente rechazó la oferta afirmando que no quería su dinero antes de desprenderse de sus cartas. Si creemos en lo que nos dijo, Romanello se tiró de una pareja de jotas.