Es una historia realmente conmovedora. Ryan Smith juega en silla de ruedas y respirando con un tubo que le proporciona oxígeno. A los tres años, se le diagnosticó una distrofia muscular. Su amigo, sentado a su lado, es Mike Gauthier, que sostiene las cartas para que Smith pueda verlas. Smith tira suavemente del tubo para decir que doble, que suba, etc.
Lo maravilloso del póquer es que Smith tiene la misma oportunidad que cualquier otro jugador. Si se diera un brazalete al valor y el esfuerzo, debería ser para Ryan Smith.