Estrategia de Stud Poker – Opciones de apuesta en el Stud con Límite Fijo, 2ª parte: Tercera calle
En nuestro último artículo hablamos sobre las opciones de apuestas en stud con límite en la cuarta calle, analizando la decisión de apostar la cantidad mínima o máxima. En esta columna veremos que opciones de apuesta tenemos en la tercera calle, cuando es obligatorio que apueste la carta más baja.
Todas las salas de póquer incitan a la acción pidiendo que la carta baja en la tercera calle empieze a apostar. La cantidad que debe apostar, llamada "apuesta forzada" o "bring-in", es por lo general equivalente a entre un cuarto y la mitad de la apuesta mínima. Así que, por ejemplo, en una partida con límites $5/$10, la apuesta forzada es de $2. En una con $10/$20, generalmente es de $3. Y en $20/$40 es de $5. Esta apuesta se suma a los antes. Es un bote adicional para estimular la acción.
El jugador que muestra la carta más baja tiene la opción de apostar la cantidad mínima forzada o la cantidad total de la apuesta. Así que, por ejemplo, en una partida con límite $5/$10, la carta baja puede iniciar la apuesta com el mínimo obligatorio de $2 o con la apuesta total de $5.
Después de que un jugador abra las apuestas con el bring-in, el oponente sólo puede subir con la cantidad total de la apuesta (conocido como "completar la apuesta"). Así que, por ejemplo, si un jugador abre a $2 en un juego con límite $5/$10 y el siguiente jugador quiere subir, sólo podrá hacerlo subiendo a $5. No puede hacer $7. (En algunas partidas de límite extendido no ocurre así. Por ejemplo, en partidas de límite de $1-$5, el primero en subir puede hacerlo a $6.)
Una vez que la apuesta se haya completado en la tercera calle, todas las subidas siguientes serán por la cantidad mínima. Así, por ejemplo, si el bring-in es $2, y un jugador sube a $5, el siguiente en subir deberá hacerlo a $10. Si alguien vuelve a subir lo hará a $15.
Los jugadores pueden igualar sólo el bring-in, si lo desean. Pero en la cuarta calle y en todas las calles siguientes, ya no hay apuesta forzada.
Aquí tenemos algunos ejemplos de una mano de $5/10 con una apuesta forzada de $2 (los palos no tienen trascendencia en este ejemplo):
Lupy: (Q A) 2
Tinker: (8 6) 10
Baloo: (10 10) K
Synda: (K J) 3
Prike: (8 A) A
Lupy es la carta más baja con un dos. Inicia la apuesta con $2.
Tinker no tiene nada bueno y se tira volviendo las cartas en lugar de igualar la apuesta de $2.
Baloo, con una pareja de dieces, decide subir. Lo hace completando la apuesta en $5.
Synda vuelve las cartas sin nada.
Prike, que tiene una pareja dividida de ases, opta por volver a subir. La hace $10.
Lupy iguala con $8 extra.
Baloo, aunque cree que Prike tiene una pareja de ases, piensa que debería igualar por sólo $5. Y así lo hace.
Vamos a ver una mano un poco diversa y cómo los jugadores sacan el mayor partido a sus posibilidades:
Lupy: (A A) 2
Tinker: (8 6) 10
Baloo: (10 10) K
Synda: (K J) 3
Prike: (8 8) A
En este caso:
Lupy ya tiene el dos expuesto y se ve forzado a apostar. Pero en lugar de apostar la mínima forzosa de $2, decide hacer la apuesta completa de $5, ya que tiene una pareja de ases oculta.
Tinker vuelve las cartas.
Baloo cree que tiene una mano mejor, así que sube los $5 requeridos.
Synda vuelve las cartas.
Prike, con una pareja de ochos oculta y un as expuesto, cree que puede tener la mejor mano, así que sube a $10.
Lupy, queriendo ocultar la verdadera fuerza de su mano, se limita a igualar la subida de Prike.
Baloo también iguala.
Y por último, tenemos otra mano que refleja todas las opciones posibles en la tercera calle:
Lupy: (Q A) 2
Tinker: (8 6) 7
Baloo: (10 A) K
Synda: (K J) Q
Prike: (8 8) A
Lupy abre por $2.
Tinker, que tiene tres para una escalera, opta por igualar por $2.
Baloo, con tres cartas altas, piensa subir de farol pero se da cuenta de que tiene pocas posibilidades de echar a los rivales, así que paga $2.
Synda, con tres en escalera y tres cartas altas, también iguala.
Prike, con una pareja baja oculta, también iguala. Todos han igualado por $2. Nadie ha subido.
Sin embargo, en la cuarta calle, todos los que quieren apostar deberán hacerlo con $5 a menos que se muestre una pareja. Si no sabes cuáles son las opciones en la cuarta calle, te sugerimos que leas nuestro último artículo de estrategia.
Hagamos una reflexión sobre la tercera calle: la mayoría de los jugadores (la gran mayoría, de hecho) ponen la apuesta forzada sin ni siquiera mirar sus cartas ocultas. Ven que se les ha repartido una carta baja y automáticamente hacen la apuesta forzosa sin pararse a pensar.
Seguro que muchos pensarán que de este modo me estoy negando la posibilidad de tomar decisiones importantes... y al mismo tiempo sacrificando parte de mis posibles ganancias en el juego. Posiblemente tengan razón. Sin embargo, con mi apuesta ciega consigo que mi comportamiento parezca ambiguo en la mesa. No miro, y mis oponentes saben que no miro. Así estoy segura de que sus acciones no se basarán en la lectura de mis tres primeras cartas.
Aún así, algunos jugadores sí miran sus cartas antes de apresurarse al bring-in. Y a veces alguno abre por la cantidad completa. ¿Qué significa esto y cómo debería responder un buen jugador? Asimismo, si algiuen mira sus cartas antes de apostar en el bring-in, ¿qué estrategia seguir para decidir cuál de las dos apuestas es más conveniente?
Es mucho más probable que el jugador que abra por la apuesta completa tenga una pareja dividida que, que tenga una pareja conectada oculta. La verdad es que si abre con una apuesta completa significa, la mayoría de las veces, que tiene una pareja dividida y un buen apoyo. En ocasiones, un jugador muy inteligente lo puede hacer con tres cartas de color, esperando que los demás igualen y no suban, de modo que el bote que posiblemente gane siga creciendo. Esto aumenta las probabilidades de llevarse el bote a medida que la mano progresa.
El problema de esta estrategia es que alguien puede subir la apuesta con una "overpair" (pareja superior) o, incluso, con cartas grandes o con un estilo de juego agresivo que busque solo intimidar. Los jugadores fuertes pueden pensar (y con razón) que pueden tomar el control sobre este jugador que lleva una posible pareja baja dividida, y que así tendrán posibilidades de llevarse el bote si este primer jugador no consigue mejorar en la cuarta o quinta calle.
Analiza la siguiente mano:
En la tercera calle el jugador A, con un dos expuesto, completa la apuesta hasta 5$, en esta partida de $5/$10 con una apuesta forzada de $2. El jugador B, que sigue inmediatamente al jugador A, y tiene un rey expuesto que es la carta más alta de las vistas, sospecha que el jugador A tiene pareja de doses con un as de apoyo. El jugador B puede subir, sin tener nada más que un rey. Seguramente pensará que todos los que no tengan una gran mano se tirarán, dejando sólo al jugador A. El jugador A puede tirarse también, temiendo encontrarse ante una pareja mucho más alta, o quizás iguale la subida, esperando conseguir uno de los dos doses o tres ases que todavía no han aparecido. El jugador B entonces apostaría en la cuarta calle sin importar lo que tuviera, presumiendo que el jugador A no conseguiría uno de los esperados ases o doses, y así llevarse el bote. Si el jugador A igualase en la cuarta, el jugador B repetiría esto cuando las apuestas se doblaran en la quinta calle, con las mismas expectativas.