Pakito en Los Angeles: ¿Mississippi Burning? No ¡Snowing!
Llevo ya tres días en San Luis, Missouri, de acoplado en el apartamento que ocupan Juan Maceiras Jr y su novia Bea. Llegué aquí con la moral un tanto baja después de los últimos días en California y de la semana de juego en Arizona, donde como no, empecé con dos sesiones muy buenas, para después terminar perdiéndolo todo en una última sesión de locos donde más que estar jugando en vivo, parecía que estar jugando en PokerStars.
Hay días en los que es muy difícil levantarse y más difícil aun acostarse. Días en los que recuerdo demasiadas cosas que no debo o en los que no me puedo quitar de la cabeza ciertos asuntos. Y no es que eche demasiado de menos a mi familia y amigos, pero en estos días me ayuda mucho tenerles cerca aunque sea a través del messenger o del teléfono para poder aguantar mejor.
Pero no todo en Arizona fue póquer, ya que he pasado unos buenos días con Ryan y sus compañeros de casa, donde he disfrutado de la vida de esa comunidad que gira entorno al casino de Arizona. He tenido la suerte de jugar al baloncesto, de apostar en un partido 1 contra 1 entre un amigo de Ryan y el hijo de un jugador del casino, he visto mi primer partido de béisbol entre los Mariners y los Giants, y he disfrutado de la compañía y hospitalidad de esa gente. Muchas gracias a todos.
Y después, con mi flamante maleta a cuestas…, rumbo a San Luis, donde he pasado del calor del desierto al más crudo invierno del interior de los Estados Unidos. Como señal de bienvenida, una maravillosa nevada que nos ha dejado un manto blanco durante todos estos días.
He jugado un día en el Harrah's un poco de No Limit, y en una sesión de 4 horas pude levantar 700 dólares, lo justo para pagarme los gastos de esta semana. Después con la nevada no hemos podido apenas movernos, más cuando hemos estado sin coche y hasta que hoy hemos decidido alquilar uno y poder tener más libertad de movimientos. Pero soy un poco vago y no he vuelto a jugar, ya que hoy he tenido un problema estomacal causado por una comida en un chino, mejor para olvidar…
Pero gran culpa de que no salga más de casa la tiene la buenaza de Bea, que nos tiene aquí a cuerpo de rey, con una comida de escándalo y unos cuidados que ni en mi casa. Así como voy a poder ir a trabajar… Gracias a este bienestar he podido jugar unos días en Internet, donde he ganado algo más de siete mil dólares, con lo que me he conseguido poner algo en positivo en el total del viaje.
Espero que no me pase lo que en mis anteriores destinos, en los que he empezado ganando para después perderlo todo en una sesión. Aunque debido a una curiosa ley que impera en el estado de Missouri, sólo se pueden cambiar 500 dólares cada dos horas. Algo que me suena un poco a cachondeo y que resulta un tanto extraño cuando conoces las costumbres del resto del país.
La semana que viene estaré de nuevo en California, donde pasaré ya el resto de mi estancia en este país. Hasta entonces, un saludo.