Trallero Reiser: El intento del Borgata
Nos remontamos a poco más de un año atrás, a junio del 2007. Estamos en Atlantic City, y el casino Borgata va a organizar un torneo de poker con el buy-in más importante de la historia de esa ciudad, nada más y nada menos que 5.000 dólares. En una habitación del hotel hay cuatro personas, con equipos electrónicos de lo más sofisticado, y que según se dice en algunos medios, han conseguido pinchar el circuito cerrado de televisión del hotel. El objetivo principal eran los jugadores de High Stakes que tomaban parte en el evento, pero, ¿qué era realmente lo que pretendían? ¿Querían pinchar las cámaras de las mesas de TV para ver las cartas en directo? ¿Tomar ventaja con la información que les proporcionasen las cámaras distribuidas por el casino en el resto de juegos?
Realmente al principio no se pudo sacar nada en claro, las autoridades encargadas de la redada son reacias a hablar del tema. De las fuentes oficiales, se sabe que se recibió un chivatazo que alertaba de un posible golpe durante la celebración de ese torneo. Con un bote de premio de 1.7 millones de dólares y más de 300 jugadores, la gran mayoría de High Stakes, y que seguramente llevarían mucho dinero encima con ellos, se pusieron a investigar, y dieron con una habitación en que, según dicen, habían pinchado el circuito cerrado de televisión que transmite las cartas de los jugadores para posteriormente pasarlo por televisión. ¿Estaban entonces compinchados con alguien que jugaba en el torneo para pasarle información que le ayudase a ganar y repartir el premio? Aún ahora, eso es algo que está en el aire, y no se sabe qué hay de cierto en ello.
De manera apresurada, un representante del casino dio una conferencia en que aseguró que la seguridad del casino no estaba comprometida, que los juegos no eran susceptibles de ser alterados mediante trampas, y que el objetivo eran los clientes. Menudo consuelo: pinchan las cámaras de seguridad y las del torneo, pero los clientes no tienen por qué preocuparse, el objetivo son ellos, pero nadie les va a estafar.
Es entonces cuando la gente empieza a especular: unos dicen que el objetivo eran los jugadores de high stakes, que guardan grandes sumas de dinero en las cajas fuertes de las habitaciones del hotel. Barajan la posibilidad de que capten con las cámaras de seguridad la combinación de las cajas fuertes para dar un golpe maestro mientras están todos jugando el torneo. Otros con más imaginación, hablan de que tenían tantos dispositivos electrónicos para hacer Van Eck phreaking. Para los que este término os resulte nuevo, brevemente describamoslo como la técnica que permite mediante las señales electromagnéticas emitidas por un monitor reproducirlas en otro de una manera fidedigna. Aunque en un principio esta técnica era aplicable sólo a monitores tipo CRT (de tubo, para que nos entendamos) y con materiales que apenas cuestan 15 dólares, hacia 2004 se demostró que era posible hacerlo también en monitores LCD, como los que llevan los portátiles, aunque con un coste más elevado, unos 2000 dólares. ¿Y cómo argumentan que usarían esta técnica? Bien, estamos en el año 2007, y muchos de los jugadores de High Stakes juegan en límites altos en Internet en la habitación del hotel. ¿Os imagináis jugar contra jugadores de primer nivel en una de estas mesas de Full Tilt Poker o Pokerstars donde cientos de miles de dólares pueden estar en juego en cada mano, con la ventaja añadida de conocer sus cartas de antemano? El sueño de cualquier tramposo, seguro.
Un par de meses más tarde, salen a la luz informaciones oficiales que desvelan quién estaba implicado y qué pretendían hacer. Detuvieron a cuatro personas: Stephen Phillips, Joseph T. Ingargiola, James C. Harrison y Steve Forte. Steve Forte, ¿a alguien le suena de algo? Para quien no le suene, diremos que Steve Forte es toda una autoridad en el mundo del juego, conocido principalmente por ser el mayor experto en Estados Unidos en divulgar los trucos de los tramposos para así poder evitarlos, especialmente en los juegos de cartas, habiendo editado una buena cantidad de libros y vídeos al respecto.
Pero, ¿qué hacía Steve Forte metido en ese berenjenal? Bien, según su propias palabras, su intención era aprender las técnicas de ese grupo organizado. Caray, esto es una historia como la del Caballo de Troya. ¿Y cuáles eran las intenciones de ese grupo con electrónica de última generación? Pues parece que finalmente los tiros no iban mal encaminados: no pretendían intervenir en el desarrollo del torneo organizado por el Borgata con un jugador infiltrado dentro, tampoco pretendían tomar ventaja del resto de los juegos del casino pinchando las cámaras de seguridad, sino que su objetivo, finalmente, eran los propios jugadores del torneo.
Según fuentes oficiales, la detención se produjo una semana antes del inicio del torneo. Por tanto, en ningún momento llegaron a pincharse las cámaras del televisión que transmiten las hole cards o el circuito cerrado de televisión del casino. El objetivo, efectivamente, eran los propios jugadores del torneo. Habían contactado con 6 de ellos para tomar parte en una partida privada de poker en su habitación, una habitación llena de cámaras perfectamente camufladas, barajas marcadas y una habitación de, llamemosle, control, desde donde tenían acceso a toda la información referente a los jugadores: gracias a las cartas marcadas transmitidas por las cámaras, irían soplando a los jugadores compinchados qué llevaban sus rivales, e incluso tenían en esa habitación de control un ordenador en el que entrarían las cartas de los jugadores para el correspondiente cálculo de odds. Desde luego, un tinglado en toda regla, donde solamente tenían que seguir las instrucciones en función de los cálculos del ordenador, o incluso, más fácil aún, ver todos los faroles que hacían los otros jugadores víctima de la estafa puesto que se sabían ganadores.
¿Y eso les saldría rentable? Pues seguramente mucho más que pinchar las cámaras del torneo, donde habitualmente sólo hay en la TV Table, y dependerían de la habilidad del jugador infiltrado para llegar hasta ahí. Es más, a largo plazo, una vez retransmitido por televisión, resultaría muy obvio a los ojos de los jugadores o los propios comentaristas la toma de determinadas decisiones en función de las pot odds. Se acabaría descubriendo todo, sin lugar a dudas. Un objetivo mucho más fácil eran jugadores de High Stakes, que probablemente antes del torneo, o durante los días del mismo, y si eran eliminados, buscarían mesas con unos límites más cuantiosos que los propios del casino. No tendrían la ventaja de ver la repetición de la partida por televisión para darse cuenta de la estafa, así que no iban a reclamar por ello. Muchos miles de dólares hubieran pasado a los bolsillos de los timadores, es algo seguro.
No sé vosotros, pero a mí cada vez me parece más seguro jugar por internet, en salas que ofrecen unas buenas garantías, antes que hacerlo en vivo. Pero claro, aún me queda llegar a niveles en que la estafa resulte rentable: ¿existirán timadores de play money?