Psicología del Poker: Sociabilidad
Hay consejos buenos y consejos malos. Hay consejos cariñosos pero confusos: "Sé bueno y serás feliz". Y hay consejos prácticos y rudos: "¡Cada uno mira por lo suyo!". A veces nuestras tendencias innatas nos pueden alejar de nuestras metas; a veces tienes que concentrarte en tus objetivos y eso puede significar actuar de modo contrario a tu forma de ser habitual. El caso es que, en la mayoría de situaciones sociales, tendemos a actuar y hablar de la forma en la que se supone que debemos hacerlo. Tendemos a ser sociables.
La sociabilidad es un rasgo de personalidad que puede interpretarse simplemente como ser amable e integrarse con facilidad a situaciones sociales. Es la manera en la que la mayoría de la gente actúa la mayor parte del tiempo. Pero como en otros rasgos de personalidad que hemos analizado con anterioridad, hay distintos niveles de este tipo de comportamiento. Aquellos que normalmente son sociables suelen ser también amigables, generosos, considerados, decentes y se puede confiar en ellos.
Las interacciones sociales
Aquellos que resultan no ser especialmente sociables no tienen porqué ser necesariamente tildados de "anti-sociales". Sin embargo, suelen tender a poner sus intereses personales por encima de la aceptación social. Piensan primero en ellos y luego en el grupo.
Sé lo que estás pensando ahora. Primero pensaste que la gente sociable representaba a los buenos chicos con los que nos identificamos la mayoría de nosotros, mientras que los menos sociables eran sólo unos pocos desagradables, mezquinos e infelices. Pero cuando descubriste que un bajo nivel de sociabilidad significa simplemente interesarte más por ti mismo, bueno, entonces las cosas se complican. Y esa es exactamente la cuestión vital en la mayoría de las interacciones sociales.
Hay situaciones en las que tenemos que pensar en nosotros mismos. La medida del éxito está a menudo determinada por cuánto nos interesamos por nosotros mismos. El inconveniente, por supuesto, es que hay gente tan obsesionada con el dinero, la fama, las pertenencias y el éxito, que la mayoría de nosotros sólo queremos verlos en pretenciosos reality shows. La división emocional es evidente: ¿quién es tu héroe, la Madre Teresa o Donald Trump?
El nivel de sociabilidad es variable
Aun así, no olvidemos que el nivel de sociabilidad es variable y podemos, o quizá debamos, ser capaces de cambiar nuestra actitud según las circunstancias. Es decir, si en algún momento un jefe no da un paso adelante y toma las riendas de una situación, podrá quedar muy bien en una escala de sociabilidad, pero podría llevarle directo a la cola del paro. Este no es un rasgo que pueda calificarse cómo completamente positivo o negativo.
Así que, ¿has visto ya la relación con el póker? El concepto básico en la vida de un jugador de póker es que estás intentando quitarles fichas a los demás jugadores. La oscura y sucia realidad del póker es que tú ganas cuando ellos pierden. ¿Has captado ya ese mensaje? Porque, lo sé. Ya has jugado alguna vez en esos low-limit 'cash games' en los que los jugadores apuestan a la baja y con tacto al jugar contra otros conocidos. Sinceramente, no sé que juego es ese, pero eso no es póker.
Así que la pregunta que debes hacerte es: ¿Puedes ser agradable y considerado y generoso y servicial, leal, cortés, amable, valiente, limpio, respetuoso… y no perder de vista tu objetivo? ¿Puedes tener instinto asesino en la mesa de póker y seguir siendo un jugador agradable?
El "instinto asesino"
Te recomendaría seriamente que consideraras esta pregunta ya que es en esa dirección a la que debe dirigirse tu juego. Déjame describirte dos observaciones que he advertido a lo largo de los años. Primero, si eres serio jugando, probablemente ya habrás dejado de jugar tus partidas en casa con tus amigos. Ahora organizas partidas en tu casa con otros jugadores serios, pero no puedes centrarte en tu objetivo cuando juegas sólo para divertirte. Segundo, los mejores jugadores de 'cash 'que conozco pueden ser agradables en la mesa pero eso nunca afecta a su juego, de hecho, su nivel de sociabilidad es parte de su juego. Te caen tan bien que puede que no juegues tan duro contra ellos o, y esto suele ser lo más habitual, te caen tan bien porque son tan agradables que no te das cuenta de ese instinto asesino que tan claramente demuestran cuando están jugando una mano.
No seas el jugador que sonríe mientras otro se lleva el bote. Sé el que se lleva el bote y no olvida sonreír.