Joao Vieira se venga del WSOP Paradise y conquista el High Roller de 100.000 $ en Las Vegas (2.649.158 $)

Después de un extenuante duelo heads-up para cerrar el torneo, Joao Vieira se proclamó campeón del Evento #38: High Roller 100.000 $ en las WSOP 2025, consiguiendo así su cuarta pulsera de oro y un premio de 2.649.158 $ tras imponerse en un field de 103 entradas en el evento con mayor buy-in del verano hasta la fecha.

El enfrentamiento final contra Aram Oganyan fue intenso y prolongado, con múltiples giros de guion en cada river. Incluso hubo momentos de tensión verbal entre ambos jugadores, aunque finalmente primó la templanza del portugués.

“Es un heads-up. Sé que todo puede cambiar muy rápido”, declaró Vieira a PokerNews. “Solo intento mantenerme centrado, dar lo mejor y luchar hasta el final. Ni me planteo quejarme”.

Vieira ya contaba con tres pulseras, pero tenía una cuenta pendiente: el segundo puesto que logró en el mismo torneo durante el WSOP Paradise en diciembre. Aun así, asegura que esa espina no influyó en su actuación.

“Este es un evento nuevo. No pienso en lo que pasó hace seis meses, ni en lo que pasará en los próximos seis”.

En los últimos meses, el luso ha cosechado grandes resultados, incluido su mayor premio hasta la fecha: 4.600.000 $. Pese a ello, deja claro que su confianza no nace solo de los resultados.

“La confianza viene de levantarte cada día, dar el 100 % durante 13 o 14 años, estar presente, trabajar duro… y repetirlo. Por supuesto, los resultados ayudan, pero el trabajo constante es la clave”.

Durante el duelo final, el rail fue creciendo, y en el de Vieira destacaban figuras del high stakes como Adrián Mateos, Alex Kulev y Ren Lin, que lo apoyaron hasta el último river.

“Nadie recorre este camino solo. Estoy muy agradecido por tener la mujer que tengo, a mis padres, a mi hermana, mis sobrinas, y un grupo de amigos increíble. Esa base sólida me ayuda a mantener la humildad en los altibajos”.

Premios mesa final

Duelo de Titanes

Solo ocho jugadores regresaron al Día 3 del High Roller de 100.000 $, cada uno con al menos 295.000 $ garantizados. Desde el arranque estaba claro que había dos favoritos claros: Joao Vieira y Aram Oganyan controlaban juntos cerca del 75 % de las fichas en juego. El resto de finalistas debía buscar su oportunidad para escalar posiciones ante dos rivales que parecían inquebrantables.

Vinny Lingham, el único jugador recreacional en la mesa final, fue el primero en caer. Tras sufrir un bad beat al inicio del día, se quedó corto y acabó jugándoselo todo desde la ciega grande, pero se topó de frente con los reyes de Vieira, que lo eliminaron sin contemplaciones.

Poco después, Emilien Pitavy se enfrentó al otro gran dominador del torneo, Oganyan. El francés puso todas sus fichas en juego y parecía que el bote podría terminar dividido, pero el estadounidense conectó una pareja en el flop que le dio la mano ganadora y envió a Pitavy al raíl en séptima posición.

Andrew Lichtenberger, que venía de quedar subcampeón en el High Roller de 50.000 $ días atrás, volvió a colocarse bajo los focos. Su inicio fue prometedor, pero un giro inesperado le dejó fuera: tras ligar pareja máxima en el flop y dos pares en el turn, Thomas Boivin conectó una escalera clave en el river que mandó a "Lucky Chewy" directo a la zona de cobros.

Ben Heath vivió una jornada de altibajos, con varios doblajes que le permitieron mantenerse con vida. Sin embargo, con cinco jugadores en pie, decidió empujar sus últimas ocho ciegas con A-5 suited. Oganyan, en racha, lo esperaba con A-K. Heath ligó proyecto de color y opciones de split, pero ninguna se completó en el runout y se despidió en quinta posición.

El short stack declarado del día era Isaac Haxton, que llegó al Día 3 tras haber sobrevivido milagrosamente con solo cinco ciegas la jornada anterior. Gracias a su experiencia y capacidad de supervivencia, logró escalar hasta el cuarto puesto. No obstante, su intento de doblarse con damas se topó con Oganyan, quien volvió a conectar el único overcard que necesitaba para eliminar a otro rival más.

Con solo tres jugadores en liza, Boivin resistió como pudo los constantes ataques de Vieira y Oganyan. La presión fue haciendo mella y, con solo 15 ciegas en su stack, se jugó el torneo con dos figuras en mano. Una vez más, Oganyan tenía la mejor mano de partida, con un as dominante que aguantó tras las cinco cartas comunitarias. El belga se despidió en tercera posición, dejando servido un apasionante heads-up final entre los dos grandes dominadores del torneo.