Saber reconocer cuando cambiar tus (malas) costumbres
Según un articulo del NYTimes.com recientes estudios han descubierto que la sensación de estar altamente estresado puede reconducir la forma en la que el cerebro funciona de maneras que fuercen a la gente a vivir sus vidas de ahí en adelante llenos de ansiedad y frustración.
Esta teoría nos hace preguntarnos si los jugadores de poker seremos como los ratones que utilizaron para estos experimentos.
¿Los humanos también podemos “enseñar” a nuestros cerebros a seguir patrones de comportamiento negativos?
Tras cinco años trabajando en cubrir información sobre el poker, he llegado a la conclusión de que el proceso de convertirnos en un jugador perdedor empieza cuando el cerebro empieza a reconocer ciertos parámetros de conducta (sean estas malas o buenas). De acuerdo con la revista Science, los científicos encontraron que los cerebros de los ratones tenían resultados muy similares a la forma en que el cerebro humano reaccionaria en las mismas circunstancias.
El caso es que estos ratones estresados acabaron experimentando cambios en sus circuitos neuronales. Cambios en las regiones asociadas con las decisiones ejecutivas, las que se encargan de las decisiones y los objetivos. Esto sucedió mientras que los sectores del cerebro asociados con los hábitos crecían exponencialmente.
En otras palabras, el cerebro de un ratón bajo la demanda constante de tomar decisiones extremas graves del tipo “lucha o escapa” se convierten en adictos al stress.
Estas decisiones pueden ser consideradas análogas a lo que los jugadores experimentan constantemente en las mesas. Como a los
ratones también este estrés puede afectar al modo en que funcionan nuestras ondas cerebrales sin darnos cuenta.
Mientras escribía una historia para Bluff Magazine, tuve la oportunidad de entrevistar a Sam Chauhan instructor de la
academia World Series of Poker. Haciéndose eco de las mismas conclusiones que este estudio, Sam identificó
repetidas veces el impacto que tiene un proceso negativo de pensamiento en el cerebro del jugador.
"La parte más importante de nuestro juego es la psicología de la mente. Si pierdes y te sientes mal, entonces más adelante solo encontraras más derrotas" dijo Chauhan.
No podría estar más de acuerdo.
Aunque esto en principio parecen muy malas noticias para muchos jugadores que no son ganadores, reconocer que el cerebro genera conductas negativas nos presenta al jugador (y a cualquier persona) la posibilidad de romperlas y re-hacer conductas positivas que el cerebro también puede retener. Aunque retenerlas puede ser difícil al principio, tener en mente que poco a poco el cerebro comenzara a apreciarlas, retenerlas y empezará a buscar más oportunidades similares en las que obtener las mismas sensaciones que se obtiene cuando las cosas se hacen “bien” es el “camino correcto”.
Una vez que el jugador empieza a entender como se siente uno al ganar es mucho más difícil revertir a conductas perdedoras
ya que el cerebro busca la repetición de la respuesta química que vino con la victoria. El problema para la mayoría de los jugadores es que necesitan sobreponerse a sus conductas negativas para entender como convertirse en un jugador ganador.
Aquí es el ego de muchos jugadores lo que les impide mejorar su juego. Hay muchas historias de jugadores que intentan conseguir ser grandes jugadores pero se quedan por el camino. Una de las mayores razones es la incapacidad para querer cambiar conductas perdedoras.
En esta vida uno puede quejarse sobre su situación o puede hacer algo al respecto.
Como a los jugadores nos encanta quejarnos, muchos rechazan examinar sus propios errores y recurren a excusas y a cuentos de eternos badbeats que les mantienen por ende en una conducta perdedora.
En cambio los jugadores que perduran son los que se enseñan a si mismos a ser ganadores en las mesas y en la vida.
Si quieres ser un jugador ganador, deja tu ego en la puerta y no tengas piedad a la hora de analizar tu juego.
Solo entonces serás capaz de reconocer tus conductas negativas y hacer los ajustes necesarios para cambiarlas.
Esto me trae de vuelta a la razón de escribir este artículo. La ciencia nos dice que nosotros literalmente programamos nuestros cerebros para que piensen en la forma en la que lo hacen, así que nada nos impide utilizar esa información en nuestro provecho.
El rival es nuestro ego.
Al final somos nuestros peores enemigos hasta que aprendemos a querernos lo suficiente para cambiar las formas en las que nos
comportamos y la forma en la que pensamos.
Esto me recuerda a una historia que escribió el sabio filósofo Khempo .
Un hombre camina por una calle y cae en un hoyo. La siguiente vez que camina por la misma calle intenta evitarlo pero no lo consigue. Repite el proceso una y otra vez pero siempre acaba en el hoyo hasta que un día se despierta y se da cuenta que tiene que hacer cambios si quiere dejar de caer dentro del agujero.
Tras darse cuenta de esto, el hombre decide ir por otra calle en la que no haya agujeros.
Al final los jugadores de poker tienen la responsabilidad de buscar sus patrones y hacer los cambios necesarios para convertirse en ganadores.
Si al hacer estos cambios crean cambios en sus cerebros que les ayudaran en el poker y en la vida. ¿Por qué no intentarlo?
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