La mano que nunca olvidaré: El paso en falso de Daniel Negreanu en las WSOP
Se trata de esa mano que te lleva a la cima o te entierra definitivamente. Ese flop soñado o ese river odiado. Todo el mundo tiene una, no importa cuántos torneos haya jugado o cuan experto sea en la materia. En PokerNews queremos echar un vistazo justo a esas manos. Esas que permanecen con el paso del tiempo. Esas que, dependiendo del resultado, te llevan a la gloria o a la miseria.
Para nuestra segunda edición, hemos hablado con Daniel Negreanu sobre una mano importante que jugó en el Main Event de las World Series of Poker hace dieciséis años. Fue la primera mano que le vino a la cabeza.
Main Event de las World Series of Poker 2001
Mucho antes de que el Rio se convirtiese en la casa de las WSOP, el Binion's fue su lugar de nacimiento y también donde se celebró durante años. En 2001 hubo 613 participantes en un Main Event que terminó entregando un premio de 1,5 millones para su ganador.
El campeón de aquel año fue el español Carlos Mortensen, el único jugador de nuestro país que lo ha logrado en toda la historia de estas series. Precisamente, hay una mano en particular en la que aparece el nombre de Mortensen y que viene a la mente de Negreanu al instante. El canadiense estaba bastante deep cuando llegó esta situación clave.
“Las ciegas eran 5.000/10.000 y, en under the gun, Carlos Mortensen abría a 35.000 puntos, que era la apuesta estándar que todo el mundo hacía por aquel entonces,” decía Negreanu. “Henry Nowakowski hacía entonces una resubida a 150.000. Yo lo puse en una pareja pequeña y en la ciega grande me encontré con as-rey, por lo que decidí resubir unos 200.000 más. Mortensen no dudaba mucho y se tiraba de nueves, pero Henry se movía all in con pareja de seises.”
Negreanu le cubría y pagó. El flop traía J-10-blanca. Tampoco hubo ayuda para Negreanu en el turn y en el river, lo que dejaba al hoy buque insignia de PokerStars sin un gran bote.
“Si hubiese ganado esa mano, habría llegado con una clarísima ventaja a la mesa final,” decía. “Es una mano en la que, viendo la situación con perspectiva, hoy no haría lo mismo. Foldearia as-rey si tuviese la oportunidad de volver a hacerlo.”
Negreanu terminó en el 11.º puesto con un premio de 63.940$ ese año, y Nowakowski logró llegar hasta la 7.ª posición, lo que le reportó un premio de 179.825$. Esa mesa final estuvo plagada de pros, con jugadores como Dewey Tomko (runner-up por 1,1$); Phil Gordon (cuarto por 399.610$); Phil Hellmuth (quinto 303.705$); y Mike Matusow (sexto por 239.765$).
Haber foldeado o haberse encontrado con un board diferente podría haber metido a Negreanu en la mesa final para pelear por la victoria. No fue así. Se quedó con la miel en los labios y hoy en día esa mano todavía forma parte de sus peores pesadillas. A todos nos ha pasado y nos seguirá pasando.