Psicología del Poker - Aprender de los fracasos
¿Puede una persona realmente aprender de sus fracasos? Es decir, ¿puede alguien aprender otra cosa además de que el jugador en el tercer asiento es un estúpido y que los dioses del póquer le odian?
La sabiduría del póquer nos enseña que debemos olvidarnos de los fracasos y seguir adelante. Siempre nos quedará la siguiente mano, el siguiente torneo, la siguiente sesión. Pero siempre habrá algo nuevo que aprender de cada fracaso, sólo necesitas ser capaz de analizar claramente todos los elementos que actuaron en la dolorosa derrota. Aquí es donde la disonancia cognitiva cobra protagonismo.
El concepto de disonancia cognitiva hace referencia a incompatibilidad entre dos cogniciones, que pueden definirse como cualquier elemento del conocimiento, incluyendo actitudes, emociones, creencias o comportamientos.
Cuando alguien fracasa, efectivamente tiene reacciones que pueden entrañar una actitud (enfadarse, por ejemplo), una emoción (irse airado de la mesa hablando para sí mismo), una creencia ("¡ese tipo es un estúpido!") y un comportamiento (se lo tome bien o mal, no deja de ser un comportamiento).
Ahora llegamos a la parte más problemática. La teoría de la disonancia cognitiva afirma que las cogniciones contradictorias sirven de impulsor para obligar a la mente a adquirir o inventar nuevos pensamientos o creencias, o a modificar los ya existentes, de modo que se reduzca la disonancia (o incoherencia) de las cogniciones. En términos no científicos, el conflicto nos crea malestar, por lo que intentamos justificar nuestra actitud introduciendo nuevos valores o comportamientos que de algún modo resuelvan este conflicto.
Esta tensión que queremos disipar nos llevará a buscar alternativas para hacer aquello que habíamos hecho antes y que nos causó un conflicto. Aunque hay un "pero": En el póquer podemos aliviar este malestar y no aprender absolutamente nada de ello. Si te escondes tras un fracaso y tu único pensamiento es "ese tipo era un idiota" o "qué mala suerte tengo", entonces habrás perdido una valiosa oportunidad de mejorar tu juego.
Haz frente a la tensión y al malestar que supone una derrota, pregúntate a ti mismo: "¿qué paso realmente?". ¿Cómo eran de buenas las probabilidades? ¿Tenías otro juego que pusiera bajo riesgo tu pila de fichas? ¿Se esperaba que ese jugador hiciese tal igualada tras su jugada anterior? Y si era de esperar, ¿tenías mejores probabilidades de igualar o hacer una gran subida?
Como has podido ver, el malestar que naturalmente sentimos cuando nos dan un duro golpe en la mesa nos da a su vez la oportunidad de analizar los hechos y mejorar...pero sólo si nos centramos en los elementos adecuados dentro del conflicto. Sólo si nuestra disonancia cognitiva nos lleva a un análisis honesto y objetivo de la jugada en cuestión seremos capaces de mejorar. Es posible que el otro jugador hiciera una jugada terrible, pero quizá tu all-in le pareciera un farol. A lo mejor, si lo hubieras observado detalladamente y le hubieses dejado hacer su apuesta, la historia habría sido totalmente diversa.
La disonancia cognitiva nos sugiere que un poco de malestar puede ser una buena herramienta de aprendizaje, de hecho, ¡una fantástica herramienta de aprendizaje si sabemos como utilizarla!