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El rincón de Sexton: La historia de cómo Archie Karas ganó una fortuna jugando a billar, Parte 2

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El rincón de Sexton: La historia de cómo Archie Karas ganó una fortuna jugando a billar, Parte 2 0001

Os viene alguien a la cabeza que juegue a billar por 40.000$ la partida, que juegue heads-up de póquer por millones y que juegue a los dados por una cifra de hasta 1.800.000$ la tirada? Es una lista muy corta, ya que este club sólo tiene un miembro: Archie Karas, "el griego". Según Jack Binion, "Archie es el mayor jugador nato que jamás he visto". Y podemos estar seguros que un hombre tan respetado como Jack dentro del mundo del juego los ha visto todos. Según Jack, Archie era de lejos el más grande y el más temerario de todos los jugadores que ha conocido.

La historia de cómo Archie ganó 40.000.000$ en Las Vegas empezó en un bar que tenía una mesa de billar cerca de la Plaza Liberace en East Tropicana. Archie me comentó: "¿Quién iba a imaginar que entrar a un bar a tomar una cerveza y jugar unas partidillas de billar por dinero sería el inicio de acumular una fortuna? ¡La vida da muchas vueltas!

Le pedí a Archie que nos contará lo que sucedió realmente y me dijo: "Mira, te contaré la historia de las partidas de billar con una condición"

Le dije: "¿Cuál es?

"No te puedo decir como se llama la persona con la que jugué todas esas partidas, por respeto y por su posición. Así que lo llamaremos Sr. X"

Como lo que me interesaba era que explicara la historia de cómo pudo ganar tanto dinero jugando a billar le dije: "De acuerdo. ¿Qué es lo que sucedió en aquellas partidas de billar?

"Pues mira, entré en aquel bar y vi que el Sr. X estaba jugando. Ya nos conocíamos de antes y en poco rato nos pusimos a jugar una partida de bola 9. Empezamos a jugar por poco, unos 5.000$ por partida".

Le dije: "¿A eso le llamas tú jugar por poco, en un juego en que puedes perder si tu rival mete las nueve bolas seguidas en unos segundos?

Archie se rió y me comentó: "Es interesante que digas eso, ya que dentro de unos minutos te contaré una historia de algo sorprendente que me sucedió. Pero sigamos donde lo habíamos dejado. Como te decía, según íbamos jugando, como iba ganando más partidas que mi rival, nos pusimos de acuerdo en aumentar la apuesta a 10.000$, luego 15.000$, 20.000$, 30.000$, y al final hasta 40.000$ por partida. Quedamos muchos días después de aquella primera noche y jugamos juntos durante unos dos meses y medio".

"Cada día que quedábamos jugábamos horas y horas. Después de las cuatro primeras sesiones, ¡iba 1.100.000$ arriba! Acostumbrábamos a saldar las deudas al día siguiente de cada sesión, ya que nos podrían atracar muy fácilmente si lleváramos esas grandes cantidades de dinero encima por los bares o billares de la ciudad. Las fuertes cantidades por las que jugábamos atraían a muchos mirones, así que preferíamos estar tranquilos mientras íbamos de un bar a otro cuando jugábamos".

"Mi rival tenía mucho dinero, lo cual parecía bueno hasta que la quinta vez que nos encontramos tuve una mala racha, todo parecía salir mal y perdí 740.000$. Aquella sesión se volvió en una auténtica pesadilla y sabía que lo mejor era parar antes de perderlo todo".

"¿Le dijiste que ya tenías suficiente por esa noche?" le pregunté.

"No exactamente. Lo que pasó fue que tenía un tiro muy fácil a la bola 9 para ganar por fin una partida y entonces, una hermosa dama que estaba con mi rival se acercó a la mesa. Aunque sin ninguna mala intención, cuando se acercó para ver si conseguía meter la última bola se inclinó sobre la mesa…¡y fallé el tiro! Salí del lugar como un cohete, tiré mi palo de 2.000$ al suelo y empecé a pisotearlo hasta que lo rompí. Aquello finalizó la sesión. El Sr. X me ofreció su palo para seguir jugando pero me negué. Le dije que nos encontráramos al día siguiente en el Horseshoe, donde tenía guardado el dinero, y que le pagaría los 740.000$ que le debía".

"Al día siguiente, cuando conducía hacia el Binion's Horseshoe para pagarle tuve un enfrentamiento con mi compañero, que tenía un 30% mío. Me agarró el brazo derecho mientras conducía y me dijo: ¡No lo hagas Archie! ¡Este tipo es demasiado bueno! No necesitas jugar nunca más con él. ¡Estamos hablando de 740.000$! Es una cantidad que jamás volveremos a tener si se la damos…¡740.000$! Mira Archie, ¡vamos a decirle que nos han atracado y que no podemos pagarle!"

"¿Crees que bromeaba?" le pregunté.

Archie enseguida contestó: "No, lo decía muy en serio. Mi compañero, ¿como lo diría? Tiene algo de forajido, y lo decía muy en serio.

"Tuvimos una fuerte disputa, y yo estaba bastante preocupado de que quisiera escabullirse sin pagar. Tenía el dinero en una caja fuerte diferente de la mía y tenía que pagar su parte de las perdidas. Cuando salió del coche casi salí corriendo detrás de él, y dejé el motor en marcha al aparcacoches. No quería que entrara por una puerta y saliera escopeteado por otra para evitar pagar su parte".

"Aquella discusión en la entrada al hotel fue un momento clave para mí. Mi compañero pensaba que yo estaba loco y no quería participar en cualquier trato futuro. Pensaba que seguir jugando contra él sería como cavar mi propia tumba. Me acompañó de mala gana hacía el cajero, sacamos 1.000.000$ de nuestras cajas fuertes y dejamos al personal que contara 740.000$ para retirar. En aquel momento Jack Binion pasaba por allí y se paró cuando vio esa transacción tan importante. Con una media sonrisa pregunto que estaba pasando y le dije: "Bueno, perdí un poco de dinero jugando a billar ayer por la noche". Jack se rió, nos deseó unos buenos días y siguió con sus deberes de mandamás del hotel".

"Después de pagarme, mi compañero todavía estaba muy molesto conmigo y me dijo que no me iba a patrocinar más si estaba tan loco como para seguir jugando con el Sr. X. Agarró todo lo que le quedaba y se largó, no sin decirme antes de nuevo que me iba a arruinar si seguía jugando con él.

"Tanto mi ya ex-compañero y dos amigos míos buenos jugadores de billar, que me avisaban que parara, tenían razón en una cosa: si volvía a tropezar de nuevo sería mi bancarrota. Sin embargo, yo sólo veía un tipo dispuesto a apostar esas cifras escandalosas jugando a billar, y estaba convencido de que podía ganarle. Sabía que ésta era mi gran oportunidad, y estaba más emocionado de lo normal, ya que ahora tenía el 100% de mí mismo en acción. Es cierto que estaba un poco contra las cuerdas con un bankroll más pequeño, ya que o ganaba las dos próximas sesiones o sería el fin. Pero no quería nada que fuera pan comido, quería las emociones fuertes del juego".

"Así que ahora iba por libre, con alrededor de 500.000$ en mi bankroll de póquer y billar. Estuve descansando unos días, lo cual es muy importante para jugar a billar, y unos días después quedé con el Sr. X para continuar nuestro match. Aquel día cogí rápidamente la delantera y en pocas sesiones ya iba 1.500.000$ arriba. Mi antiguo compañero quería volver a participar en nuestro antiguo trato, pero le dije que no podía entrar o salir cuando le apeteciera, que o estaba dentro o estaba fuera. Era una persona difícil, pero lo entendió y lo aceptó".

Archie siguió con la historia: "Mi ex-compañero siguió asistiendo a las partidas incluso cuando no llevaba ninguna parte mía. ¡Tenía curiosidad por ver si me arruinaba!" Archie se empezó a reír recordando un momento en que su ex-compañero estaba a cierta distancia suya, en una parte oscura del bar. "Cada vez que miraba en esa dirección, todo lo que podía ver eran dos ojos brillando en la oscuridad. Cuanto más dinero le sacaba al Sr. X, más grandes eran sus ojos, dándose cuenta de cuanto dinero estaba perdiendo, mientras yo seguía ganando a lo grande".

"En aquel momento me sentía invencible. Pero entonces mi rival hizo algo que parecía imposible, en un periodo de diez partidas, metió las 9 bolas seguidas desde que rompía en ocho ocasiones".

"¿Cuánto es eso a 40.000$ la partida? Pregunté. "¡Con esa racha debiste perder como 320.000$ en 40 segundos!"

Archie me respodió: "¿Puedes imaginarte como me sentía ahí parado con mi palo, testigo de esa afortunada racha que tuvo? Con las cifras que estábamos jugándonos, me sentía aturdido".

"No me pongo nervioso fácilmente, pero eso hizo que me subiera por las paredes, ya que no tuve ni una oportunidad de tirar durante todas esas partidas. Es difícil de digerir, en serio. Me sentía como si estuviera tirando 40.000$ por la ventana del coche una y otra vez, y que mi dinero estuviera revoloteando en el aire".

Le pregunté: "¿Archie no jugasteis a otro juego que Bola 9, como billar americano por ejemplo?"

"No, demasiado largo…Soy un amante de la acción y me gusta que sea peligrosa y rápida. Soy así. No obstante, aquella fue la gota que colmó el vaso. No podía superar la habilidad del Sr. X a la hora de romper, así que aquella noche metí el rabo entre las piernas y le dije: 'Ya está, no te puedo ganar. Si quieres seguir jugando conmigo, vamos a jugar a póquer".

Le pregunté a Archie cuál fue el resultado final en el billar y jugando a póquer contra el Sr. X.

"Después de aquella noche todavía estaba 1.200.000$ arriba en el billar. Tuve la suerte de recuperar aquellos 740.000$ que perdí en una noche, y todavía me quedaba un colchón saludable para jugar heads-up en límites altos. No hay nadie en el mundo que pueda derrotarme jugando a póquer cara a cara. Empecé a jugar con el Sr. X, que también era campeón del mundo y le saqué 2.000.000$ en sólo unos días. Empezamos jugando seven-card stud limit 4.000/8.000$, y pronto subimos a 8.000/16.000$ limit, lo cual no era habitual aquellos tiempos."

Mirando atrás, aquellas partidas de billar entre Archie y el Sr. X fueron la semilla que acabó germinando en forma de póquer de límites altos y tiradas de dados. Sus amigos jugadores le recomendaron que no jugara contra el Sr. X, que era demasiado bueno para él. Y sin embargo, se las arregló para ganar.

Es como si Archie supiera lo que estaba haciendo, como Muhammad Ali cuando utilizó aquella estrategia de llevar el combate a las cuerdas que tan bien le funcionó contra George Foreman en 1974. La gente de la esquina de Ali estaba desesperada aquella noche, implorándole que no se dejara arrinconar contra las cuerdas. Creían que Foreman lo iba a destrozar si seguía con esa táctica. Ali no escuchó a sus entrenadores, ya que su estrategia era extenuar a su rival, y buscar el momento oportuno para contraatacar. En el octavo asalto Ali dejó fuera de combate a George Foreman. Aquella noche fue el punto de inflexión en la carrera de Ali. El punto de inflexión en la carrera de Archie fue el día que empezó a jugar a billar con el Sr. X. Sus amigos le recomendaron que no lo hiciera, pero Archie sorprendió a la ciudad entera ganando una fortuna que preparaba el escenario para la espectacular actuación que se avecinaba.

Le pregunté a Archie: "¿Alguna vez jugaste a billar más fuerte que por 40.000$ por partida?

Archie respondió: "Sólo una vez, dos años después de mi serie de encuentros con el Sr. X. Jugué contra un profesional llamado Tobey a billar a un agujero. Y me daba una ventaja de 12 a 5. Es decir, el tenía que meter 12 bolas en el agujero que le tocaba y yo sólo 5 en el mío".

"Jugábamos por 40.000$ la partida, pero había tres o cuatro jugadores de póquer de público que apostaban otros 35.000$ en porras paralelas, lo que quería decir que jugábamos por 75.000$ la partida. Lo divertido es que yo quería subir la apuesta a los 150.000$ pero no me dejaban. Algunos de los jugadores que apostaban eran Howard Lederer, Steve Zolotow y a veces alguien que representaba a Chip o Doyle. Al final acabé perdiendo 700.000$ en este match a lo largo de tres días".

Parece como si en aquellos tiempos fuera Archie "el griego" Karas contra todos. Un ejercito de un hombre, un boina verde capaz de derrotar a todo un batallón de los mejores jugadores de póquer del mundo, como descubriréis en futuras entregas.

Cuando piensas en como Archie llegó literalmente sin un duro a Las Vegas en diciembre de 1992, y en como ahora estaba en disposición de hacer todo lo que siempre había soñado, ser el mayor jugador del mundo su historia es realmente increíble. ¡No os perdáis como sigue la historia en la tercera parte!

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