La columna de May Maceiras. Nadie quiere ser segundo.
Este fin de semana se ha jugado la Segunda Etapa del Spanish Poker Tour, en Las Palmas. El SPT es un circuito de torneos con una estructura buenísima (la mejor estructura de torneos en España), dirigidos por TK Events (la firma del prestigioso Thomas Kremser) y cada etapa se celebra en una ciudad distinta de España, acogiendo a muchos jugadores extranjeros que se acercan a jugar este torneo tan atractivo.
Me vine desde Las Vegas exclusivamente para jugar este torneo. Después de jugar el torneo del Ladies del WSOP, con una estructura muy rápida, me apetecía mucho sentarme a jugar el SPT y poder desplegar todo mi juego con tiempo y espacio suficiente.
Estuve los tres días de torneo como chipleader, entré en la mesa final con más del 50% de las fichas en juego. Aunque esto no garantiza nada, tenía muchísimas opciones de llevarme el torneo. Y sin embargo, finalicé en segundo puesto. Que no está nada mal, pero... qué voy a decir, prefiero el primero!!!
Este segundo puesto me ha "dolido" bastante, ya que estaba muy cerca de llevarme el torneo y he estado analizando el Heads Up final para ver en qué fallé y cómo podría haber jugado mejor...
Llegué al Heads Up con un jugador francés que había entrado 2º en fichas en la mesa final, y que eliminó a un par de jugadores, me ganó un par de botes grandes y consiguió un stack igualito al mío antes de empezar el uno contra uno.
Me resultó un Heads Up bastante complicado (de hecho, lo perdí!) básicamente, porque era incapaz de leer a este jugador. Había estado jugando con él parte del día anterior y durante toda la mesa final. Lo tenía catalogado como un jugador muy tight, pero muy tricky en su forma de apostar... la mayoría de las veces era demasiado agresivo: se metía en pocos botes, pero cuando lo hacía, los destrozaba: hacía mucha overbet, mucho all-in de cara y ponía las cartas muy caras. Otras veces, menos, pero repetidas ocasiones, apostaba de forma muy débil: sólo hacía limp y call, o si apostaba, apenas metía ¼ del bote.
De las manos que jugaba fuerte, muy pocas llegaban al showdown, ya que se llevaba el bote por la fuerza cuanto antes; aún así, las pocas manos que enseñó se correspondían con su forma de jugarlas, eran ganadoras y muy buenas manos. De las manos que jugaba de forma débil, casi siempre se tiraba y si no, hacía muck al showdown. Además, jugaba desde cualquier posición y en diferentes situaciones, mostrando casi siempre más fortaleza cuando jugaba en early que cuando estaba en late.
Conforme nos acercamos a mesa final, comenzó a moverse más... con la misma dinámica que yo tenía catalogada como de mucha fortaleza; antes lo hacía una vez cada dos ó tres rondas, ahora empezaba a hacerlo mínimo una vez por ronda. De libro, vamos. Sus movimientos eran demasiado "perfectos", y su juego, redondo: se llevaba los botes más grandes, no desperdiciaba una ocasión de robo...
Aún así, había algo que no encajaba. Viéndole jugar, yo había asumido que estaba ante un muy buen jugador que había cambiado de marchas y que estaba desplegando un juego algo más loose aprovechando el momento del torneo. Pero cada vez mostraba más cartas o llegaba con más frecuencia al showdown y SIEMPRE tenía la mejor mano. No es posible que alguien pille TANTO así que yo estaba francamente desconcertada. Al jugador se le veían claros síntomas de inexperiencia en el juego en vivo, y eso chocaba con la forma en la que estaba jugando, de extrema fortaleza...
A estas alturas llegamos al Heads Up. De locos. Apenas podíamos jugar, ya que sus apuestas eran desmesuradas. Me apostaba 10 bb preflop o la caja entera si había cartas en la mesa. A mí no me resultaba rentable pagar y resubir implicaba quedarme pot-commited o tener que jugarme la caja entera. Mi gran error y lo que me hizo perder es que basándome en todas las jugadas que le había visto, no podía evitar darle algo de crédito a mi rival... ¿¿Estoy ante un genio o este tío está pillando más que nadie???
El caso es que todo salió al revés. Yo tenía asumido que sus movimientos eran del tipo "fuerte significa fuerte y débil significa débil". Es decir, que cuando apostaba muy fuerte, solía ir cargado, y cuando apostaba muy débil, solía tirarse. Yo no pagaba ni resubía sus subidas, porque me salía muy poco rentable, y las pocas veces que yo tomé la iniciativa resultó que él llevaba una mano mucho más fuerte que la mía.
No sabía cómo combatir sus fuertes apuestas y pensé que lo mejor era optar por la estrategia de "martillo", y ser más agresiva que él. No podía quedarme esperando a recibir una buena mano, así que intenté aprovechar las pocas ocasiones que tuviera para llevarme un bote: una buena textura de flop, una mesa peligrosa, un rasgo de debilidad en mi rival... Asumí que simplemente no podía ser que SIEMPRE tuviera mano,así que comencé a arriesgar mucho más de lo necesario. No funcionó. Terminé metiéndome yo sola en todas las trampas que me tendía... En una mesa 2-2-5-Q-5, aposté fuerte en flop y river, y el movió all-in, me tuve que tirar porque no tenía NADA. Cuando al terminar el torneo le pregunté que llevaba, me dijo que Q5. En otro ejemplo, una mesa con tres tréboles en el flop en la que yo tenía top pair y él jugó de forma muy pasiva, resultó tener el color hecho desde el flop, y fui yo quién metió una enorme cantidad en el bote que él se limitó a pagar. En la mano final yo tenía AJ y él AA, la jugué mal,al intentar "vestirme" de color cuando salió una tercer pica en el flop y meter all-in de farol.... aún así es lo de menos, porque estaba restada e iba a mover all-in preflop, así que hubiéramos terminado igual
En fin...sigo dándole vueltas. No sé ni lo que pasó, como se suele decir, me enteré por el periódico de mi derrota. Mi rival fue claramente superior, porque me obligó a jugar mal y me arrinconó. Lo que estoy intentando descifrar es en dónde fallé y veo claro que fue en la lectura general de mi rival, y eso es muy grave. Voy a seguir dándole vueltas, cualquier conclusión a la que llegue, la comparto.